viernes, 30 de abril de 2010

El carrito del helao (XXVI): El dedo y la luna

La polémica Gürtel vuelve a las Cortes Valencianas, esta vez en forma de informe pericial que ha presentado el portavoz del PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas, el ex-alcalde de Alicante, Ángel Luna.

Y si se dice que cuando alguien habla los sabios miran a la luna y los necios apuntan al dedo, el que el dedo sea el de Angel Luna no convierte a Camps en menos necio, porque se ha limitado a apuntar al dedo acusador en lugar de demostrar que las acusaciones son falsas.

La polémica viene por las revelaciones que hace ese informe pericial, en las que se detalla cómo el gobierno valenciano casi en pleno, troceaba los contratos hasta el máximo permitido para la adjudicación sin concurso a empresas pertenecientes a la trama del "amiguito del alma, Álvaro Pérez El Bigotes.

Y como se dice en Valencia, com més sucre, més dolç, y para darle el último toquecito de azúcar, el juez Pedreira, el del TSJ de Madrid, pretende elevar al Tribunal Supremo todo lo concerniente a la trama valenciana. En el TS no está el magistrado De la Rúa para echar un cable, y todo esto sucede a 10 días de que el Supremo decida si reabre el tema de los trajes. Será el momento para ver reacciones si el TS asume el caso. Tanto de un lado como del otro. Seguramente veremos las reacciones contrarias a las que se han dado con el tema de Garzón, que ya sabemos que cada uno cuenta la feria según como le va en ella.

De momento, el PP de Valencia se ha pasado el fin de semana desmintiendo crisis y apoyando a Camps. Me recuerda a cuando ratifican a un entrenador, o a los Globos de Oro, que todos sabemos que son "la antesala de los Oscar".

miércoles, 14 de abril de 2010

14 de Abril de 2010

Hoy hace 79 años de la proclamación de la Segunda República española, un periodo de la historia de España que marcó un antes y un después en la historia de nuestro país. Para bien o para mal, el pueblo español se hacía dueño de su propio futuro, que ya no recaía en otras manos que no fueran las suyas, en la expresión máxima de la democracia.

Intentaré no caer en la mitificación de la Segunda República, que como casi todo periodo histórico, tiene sus claros y sus oscuros, aunque nunca justificarán lo que vino después.

Seguramente su final es condición necesaria para su posterior mitificación, pero todos hubiéramos preferido no tener esa posibilidad. El 18 de Julio de 1936 ya sabemos lo que pasó: un grupo de militares golpistas (como la historia la escriben los ganadores se le llamó Alzamiento Nacional) se levantaron en armas contra el poder legítimamente establecido. Se levantaron en armas contra el pueblo español, legítimo tenedor de la soberanía nacional desde el 14 de Abril de 1931. Tres años de lucha entre hermanos, que dividió a España en dos bandos que desde entonces no se han vuelto a unir, dió paso a una dictadura en la que los perdedores (aunque perdedores eran todos) fueron represaliados por el bando que se consideraba ganador, en unos tiempos sin claros, sólo con oscuros, que duró demasiado tiempo. En realidad, cualquier tiempo hubiera sido demasiado.

Fue en 1975, con la muerte del dictador, al que la Iglesia llevaba bajo palio, cuando se intentó unir a las dos Españas de nuevo, aunque para ello, los vencidos debían perdonar demasiadas cosas. Demasiados familiares asesinados y arrojados a cunetas, demasiados desparecidos, demasiado dolor, demasiada humillación. Pese a ello, se perdonó en aras del bien común, porque se creía que España era el gran país que es, le pese a quien le pese. Pero también se perdonó porque no podía ser de otra forma. Los poderes públicos seguían en manos de quienes habían detentado el poder durante los 36 años anteriores, y no eran tiempos para ponerse en contra de un ejército que tenía a Franco como héroe y demasiadas ganas de emular su gesta de 1936. También se perdonó por miedo.

La democracia parecía consolidarse, se aprobaba la Constitución de 1978, con la concesión de convertirnos en una monarquía parlamentaria de un rey que no gobernaba, pero parecía que nos poníamos de acuerdo. España entraba en la modernidad poco a poco y parecía que las heridas terminaban por cicatrizar. Estábamos convencidos de que el llamado régimen anterior no era más que un mal recuerdo cuando nos dimos cuenta de que no todo estaba cicatrizado y que el régimen anterior era más que un mal recuerdo. El sindicato ultraderechista Manos Limpias y la Falange Española, herederos de aquellos que detentaron el poder hasta 1975 y nostálgicos de tiempos para ellos mejores aunque para ello tuvieran que aplastar a medio país, presentaban una querella contra el juez Baltasar Garzón por investigar los crímenes cometidos por el franquismo.

Los viejos fantasmas volvían a aflorar, y los que tenían que envainársela eran los de siempre, los que ya habían perdonado y que no querían más que saber lo que había sido de sus seres queridos. La acusación contra Garzón era la de prevaricación, la peor que se puede hacer a un juez, y si bien la actuación de Garzón puede ser hasta cierto punto criticable, e incluso se puede someter a distintas interpretaciones, la que hace el juez Garzón es válida al considerar la desaparición de muchos españoles como un delito de genocidio, y por tanto, sometido a las leyes internacionales sobre la legislación española.

Se podía haber resuelto como un conflicto procesal más, pero a Garzón le tiene ganas mucha gente, por lo que la posibilidad de terminar con él de una vez por todas era demasiado golosa para mucha gente. Entre ellos, varios magistrados del Tribunal Supremo, que no han querido dejar pasar la oportunidad.

Al final nos vemos abocados a una situación que no puedo calificar más que como rocambolesca y vergonzante en sí misma. El juez que quiere investigar los crímenes de la dictadura se ve imputado por querer investigarlos. El juez que quiere dar respuesta a los familiares de los represaliados acerca de dónde están enterrados sus seres queridos va a ser juzgado por ello.

Las dos Españas siguen tan presentes como siempre. Sigue habiendo una que golpea a la otra, bien con la bandera, como hicieron antaño, o bien a través del perdón impuesto ante sus fechorías. Yo no estoy dispuesto, y como yo, otros muchos que están hartos de agachar las orejas ante tantos años de supremacía de los golpistas, bien sea a través del miedo o copando las clases dirigentes, que permanecieron en sus puestos pese a haber sido parte activa en la represión. Demasiado perdón no merecido. Demasiado sacrificio por el país, y siempre de los mismos.

No se trata de saldar cuentas, ni de buscar culpables. Se trata de buscar la dignidad que durante tantos años se negó a tanta y a tanta gente, cuyo único delito fue defender la legalidad vigente en 1936, la democracia y la República. Ni eso se les permite. Son los vencidos.

Desde 1975 creíamos que no había vencedores ni vencidos, sino ciudadanos de pleno derecho, pero era una mera ilusión. Hay temas que no se deben tocar porque no interesa a ciertas capas de la sociedad. Si no sobre el papel, el sentimiento del vencedor sigue vigente y para ello tiene que haber un vencido. El de siempre.

Salud y República.

martes, 6 de abril de 2010

El carrito del helao (XXV): Silencio ensordecedor

Hay silencios que hablan más que cualquier declaración pública, y eso es lo que ha hecho hoy Mariano Rajoy, que con su silencio está diciendo más que toda la cohorte de portavoces del PP que han salido a la palestra, liderados desde las 9 de la mañana por María Dolores De Cospedal, que ha sido secundada por Soraya Sáenz de Santamaría en los mismos términos y con la actuación estrella de Esteban González Pons, que ha demostrado una capacidad lectora sin parangón, ya que esta misma mañana ha declarado que en los 50.000 folios sobre los que se había levantado el secreto de sumario una hora antes, no había nada nuevo y ni rastro de financiación ilegal. Horas después, la realidad le ha desmentido al desprenderse del sumario que algunos actos electorales del PP de Madrid en las campañas de 2003 y 2004 fueron pagados a las empresas de Correa por Fundescam, una fundación ligada al partido y que por su carácter de fundación no puede hacerse cargo de esos gastos.

Ahora habría que preguntarse por qué Luis Bárcenas, ex-tesorero del PP, al que se acusa de recibir 1,3 M€ de la trama de Correa y ser su mentor en el partido, sigue siendo militante del partido, que además de costearle su defensa, mantiene su despacho y su plaza de parking, y es defendido por Javier Arenas de forma casi desaforada. Seguramente, aunque a lo mejor es aventurarse demasiado, sea porque valen más su silencio y las 9 cajas de documentación que se llevó a su domicilio cuando dimitió, que lo que pueda decir en el futuro juicio al que posiblemente se vea sometido en el Tribunal Supremo, dada su condición de aforado al ser senador.

También cabría preguntarse por qué no renuncia al acta de senador y prefiere que se le juzgue en el Supremo en lugar de en el TSJ de Madrid, aunque a fuerza de ser malpensados, y viendo lo que está sucediendo con Garzón (que fue el que inició las actuaciones ante la denuncia de José Luis Peñas, ex-concejal de Majadahonda) en el Supremo, supondrá que recibirá mejor trato por parte del Tribunal Supremo que del TSJ de Madrid. En todo caso, no huele bien. Nada bien.

Y también hay que preguntarse por la actuación de Rajoy en este tema, o mejor dicho, por la omisión de Rajoy en este tema, y extrapolarlo a su pretensión de ser presidente del Gobierno en un plazo de dos años. Cabe preguntarse si alguien que, a mi entender, no es capaz de arreglar los temas de su partido (no es la primera vez que deja correr un tema, y se les puede preguntar a Gallardón y a Esperanza Aguirre), sería capaz de arreglar los problemas del país o también los dejaría correr hasta que se solucionasen solos, como está haciendo con Zapatero en lugar de presentar una moción de censura.

No me extrañaría que pidiera al juez Pedreira que se desdijera y archivara el sumario, como ya hizo con los diputados socialistas en sede parlamentaria, a los que llegó a pedir que retiraran su confianza al presidente del gobierno.

Durante los próximos días seguirán conociéndose datos del sumario y apuesto a que Bárcenas seguirá yendo a su despacho de Génova 13 y aparcando en su plaza de parking. Rajoy seguirá haciendo la táctica del avestruz y mandando a sus portavoces a que se estrellen por él. Para eso es el jefe, o por lo menos eso dice su cargo.

lunes, 5 de abril de 2010

El carrito del helao (XXIV): Hagan juego...

A partir de hoy se levanta el secreto sobre las actuaciones del sumario Gürtel que ha llevado a cabo el TSJ de Madrid, excepto en lo que se refiere a las 15 comisiones rogatorias que se han hecho a 8 países, en busca de evasión de capitales.

Seguro que muchos están temblando, porque se prometen emociones fuertes y apuesto a que nuevos nombres saldrán a la palestra, así como nuevas pruebas que salpicarán a los ya implicados.

Las maniobras para intentar cerrar el caso que ha llevado el PP no han dado resultado, por lo menos completamente (sí ha triunfado el intento de anular las grabaciones realizadas en la cárcel) y parece que las nuevas pruebas pueden arrojar más datos acerca de la financiación ilegal del partido.
Además, a partir de estas actuaciones, el Tribunal Supremo deberá decidir si reabre el sumario en Valencia, por lo que supongo que a Camps hoy no le llegará la camisa al cuerpo, la haya pagado él o no. A ver si puedo ver el informativo de Canal 9 de esta noche, para ver si hoy se esmeran o simplemente hacen el panegírico habitual. En el primer caso, resultaría de lo más revelador.

A todo esto, se ha sabido que Carlos Fabra tuvo unos ingresos sin justificar de más de 5 millones de euros en el periodo que va de 1999 a 2004. Todo un ejemplo. Como ejemplo da Jaume Matas, al que según el diario Levante-EMV, se está investigando por haber aceptado sobornos de José Luis Moreno (sí, el de los muñecos) a cambio de contratos en la TV balear en una más de Matas, que por lo que se ve no perdía el tiempo. Como maestro de ceremonias parece que pudo actuar Eduardo Zaplana. Otra joyita.

Mientras, nosotros podemos retratarnos a partir de hoy con Hacienda, que ya se sabe que somos todos...


PD.- Sí, la foto es de los cabecillas de la trama Gürtel en la escorialense boda de la hijísima.