Como es sabido, mi opinión sobre Esperanza Aguirre es mejor que me la guarde para no incurrir en responsabilidad penal, pero el tema de los espionajes políticos en Madrid y las declaraciones de la Presidenta esta misma tarde en la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol me hacen que dé mi opinión.
No sé si el seguimiento a una persona es un delito, aunque supongo que si lo fuese los detectives privados no tendrían trabajo, pero otra cosa es que sea ético en según qué foro y para según qué fines.
Porque me parece muy bien que Esperanza Aguirre clame por la presunción de inocencia de la comunidad de Madrid, porque en un estado de derecho la presunción de inocencia es básica, pero amenazar al diario El País, y de paso a Alberto Ruiz-Gallardón, con los tribunales si no demuestran las acusaciones se le puede volver en contra, porque a lo mejor van y las demuestran. De momento, la edición digital del diario El País publica lo siguiente:
"El vicepresidente del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ignacio González (PP), sopesó en junio de 2008 la creación de un servicio secreto legal al servicio de la Comunidad de Madrid. Más allá del deseo de poseer un servicio de información o inteligencia como pudieran tener Euskadi y Cataluña para combatir amenazas terroristas o delictivas, se trataba de neutralizar un temor: la creciente sensación de que altos cargos de la Comunidad estaban siendo espiados desde dentro para intentar campañas de desprestigio mediante dossiers."
Lo que parece cerrar un poco más el cerco en torno a Esperanza Aguirre, que no podrá aducir desconocimiento, porque la creación de un servicio de información no debe escapar a su conocimiento, sobre todo con las declaraciones de Luis Vicente Moro, ex-delegado del Gobierno en Ceuta y el encargado de organizar ese servicio de información:
“Era un servicio para proteger a los altos cargos, que estaban preocupados. Especialmente Ignacio González estaba siendo objeto de vigilancias por un aparato indeseado de la Comunidad. A alguien le molestaba Ignacio. Lo que hacemos es decir: ‘Vamos a aplicarle a esto legalidad y legitimidad, y os
quitáis de sombras y oscuranteces (sic)”
Con lo que parece claro que el espionaje se llevaba a cabo desde la misma Comunidad de Madrid, y teniendo en cuenta que Granados había organizado un servicio de información propio y la rivalidad política de Granados y González, parece señalarle como responsable.
Y volviendo a lo que decía anteriormente, aunque no fuera delito, sería poco ético, y en la política la ética sí que importa.
2 comentarios:
El Partido Popular de Madrid me tiene en ascuas: ¿hasta qué grado de corrupción (Malaya...), desconexión con los intereses de los ciudadanos (caso Dr. Montes) y surrealismo puro y duro ("esto"...) tienen que llegar para perder las elecciones? Viendo el percal que gastamos, atando a los perros con longanizas y tal, parece que todavía hay cancha. Por lo menos nos divertiremos.
Yo me lo estoy pasando bomba viendo como se acusan, se tiran trastos a la cabeza y echan balones fuera (impagable lo de González Pons y su "alomojó" zaplanero). Pero coincido con Ivan: ¿que tiene que hacer el gobierno de la CAM para que los hooligans peperos (los que son capaces de votar incluso a Fabra mientras se presente bajo las siglas PP) les retiren su voto? Aunque mucha culpa la tiene también esa izquierda exquisita que pulula por Madrid y que no vota porque "eso es de burgueses".
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