Así las cosas, no es raro que cada vez estemos de de peor leche y peor café. No hay más que ir por la calle para darse cuenta de que la gente necesita descansar más. El ritmo de vida al que nos vemos sometidos no puede ser sano. Además, la siesta es sana, porque sirve para despejar la mente y recargar las pilas para afrontar la segunda parte del día.
Tampoco se trata de dormir una siesta de "pijama, Padrenuestro y orinal", como propugnaba Camilo José Cela, pero un ratito de sueño nunca viene mal. Sobre todo después de comer, cuando la modorra de tener el estómago lleno incita a ello.
Tenemos que mantener vivas las tradiciones que de verdad nos confieren carácter y han hecho que en España se viva bien. Si hemos sido capaces de restaurar la monarquía de los Borbones, ¿cómo no vamos a restaurar la siesta?
2 comentarios:
Soy un aférrimo defensor de la siesta y la practico casi a diario, raro es el día qu eno puedo, o no debo. los dias que no puedo es porque vivo en Burjassot ( Valencia ), y son los dias de sol, porque me siento en la plaza a almorzar y pierdo la mañana y quiero recuperar prontito por la tarde, o porque, sobre todo en invierno, si no hace aire, me voy a comer me una paellita al saler ( la playa ), y aunque se lo he pedido mil veces al dueño del restaurante, no tienen previsto abilitar espacios para hacer la siesta. Pero vamos, te amodorras allí mirando al mar con el solecito calentando, y casi como si la hicieras con los ojos abiertos.
Un saludo,
En fin
Estoy contigo en que tenemos que respetar las tradiciones, sobre todo la de "La siesta", para mi es un placer tumbarme en el sofá, con mi mantita polar y dejarme llevar por el sueño reparador, mientras se oye de fondo el sonido de la televisión cada vez más lejano.. uys q sueño me está entrando jajaja.
Marta
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