Ya sé que parece el nombre de una campaña de "unos conocidos grandes almacenes", como se dice en los medios de comunicación para no decir El Corte Inglés, pero también es un deseo que quiero hacer extensivo a todos los lectores (pocos, pero fieles e insustituibles) de este blog.
Y dicho esto, poco más que contar. Ayer volví de las vacaciones que he pasado en Valencia, con la familia, como corresponde a unas vacaciones de Navidad, y me he encontrado todo el frío del mundo en la capital del Imperio. Además, llueve. O nieva, o aguanieva, o como se llame esto.
En Valencia hemos tenido días de frío, con viento y la consabida humedad, pero en la semana entre Navidad y Nochevieja estuvimos a más de 20º a mediodía, que no está mal para ser Diciembre.
En estos días han pasado cosas, pero no me apetece hablar especialmente de ninguna. Si acaso del tema de los scanners de los aeropuertos, pero tampoco me apetece empezar el año 2010 de mala leche, así que voy a hacer como el Gobierno español y no me voy a pronunciar hasta que no haya un acuerdo a nivel de Unión Europea, aunque me parece que con Francia, Italia, Holanda y Gran Bretaña dispuestos a utilizar los dichosos scanners, ya me veo entrando en la cabina esa. Lo que me pregunto es si servirá de algo, pero ya me lo preguntaré más adelante, que me lío.
Y nada más. Este año no he hecho lista de buenos propósitos, porque no quiero que se convierta en una lista de buenos propósitos sin cumplir, como la de 2009, así que me lo voy a tomar con calma. Feliz año 2010 para todos, y a ver si salimos de la crisis.
Y dicho esto, poco más que contar. Ayer volví de las vacaciones que he pasado en Valencia, con la familia, como corresponde a unas vacaciones de Navidad, y me he encontrado todo el frío del mundo en la capital del Imperio. Además, llueve. O nieva, o aguanieva, o como se llame esto.
En Valencia hemos tenido días de frío, con viento y la consabida humedad, pero en la semana entre Navidad y Nochevieja estuvimos a más de 20º a mediodía, que no está mal para ser Diciembre.
En estos días han pasado cosas, pero no me apetece hablar especialmente de ninguna. Si acaso del tema de los scanners de los aeropuertos, pero tampoco me apetece empezar el año 2010 de mala leche, así que voy a hacer como el Gobierno español y no me voy a pronunciar hasta que no haya un acuerdo a nivel de Unión Europea, aunque me parece que con Francia, Italia, Holanda y Gran Bretaña dispuestos a utilizar los dichosos scanners, ya me veo entrando en la cabina esa. Lo que me pregunto es si servirá de algo, pero ya me lo preguntaré más adelante, que me lío.
Y nada más. Este año no he hecho lista de buenos propósitos, porque no quiero que se convierta en una lista de buenos propósitos sin cumplir, como la de 2009, así que me lo voy a tomar con calma. Feliz año 2010 para todos, y a ver si salimos de la crisis.
1 comentario:
Feliz MMX.
De escaneribus. Te cuen:
Hay dos tipos de scanners, los activos y los pasivos.
Hay una empresa española que tiene en desarrollo scanners pasivos. Pasan de emitir radiación alguna. Lo que hacen es recoger el calor corporal, que es mayor que la de los objetos... que tienen menor temperatura. (Adiós al calzón de Damart Termolactyl).
Pero todo lo que tienen es un prototipo. Así que el futurible mercado se lo comerían los estadounidenses, con sus emisores de rayos X de baja potencia. Cada nueva declaración rebaja las exposiciones precisas para resultar lesionado (cancer cancer cancer cancer cancer cancer cancer cancer cancer cancer). De 5.000 a 2.500 exposiciones al año. Que alguien les diga a estos memos avariciosos que el efecto de la radiación (también la solar) es acumulativo: La piel tiene memoria.
Curiosamente, si una persona medio normal (que diría aquella) no cabe en un scanner de uso médico, parece que sí cabe en un scanner de uso policial.
Como nota significativa sobre lo que puede decidir la comisión europea, ayer oí que el parlamento europeo se gastó una pasta más que gansa en varios scanners de estos. Pero que nunca se llegaron a emplear para proteger el parlamento contra los malvados terroristas. Por aquello de que las terroristas podrían ofenderse si se les veían las compresas (amen de ciertos caracteres sexuales secundarios).
Es decir, que estamos jodidos, porque los que van a decidir no se mueven por la razón, si no por el dinero, que es una pasión, como la gula polvoronera y el coleccionismo urraquista de cositas doradas.
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