
Estimado señor Rajoy:
No quiero con esta carta posicionarme del lado del Presidente del Gobierno, porque defensa tiene más bien poca, no por ser el único causante de la crisis pero sí por no saber cómo gestionarla y haber dejado que se agravara. Lo que sí que quiero es animarle a que sea más concreto y no se pierda en generalidades, porque eso tampoco soluciona nada.
Hoy ha perdido una gran oportunidad de dejar a Zapatero sin defensa, sin argumentos y sin apoyos en la cámara, y para eso tenía dos opciones: anunciar la presentación de una moción de censura o presentar un conjunto de medidas económicas concretas más allá de "rebajar el déficit público", porque no es más que otra generalidad.
La moción de censura, además de ser un instrumento previsto en la Constitución para relevar a un gobierno, tiene otro uso, que es el de postularse como alternativa al gobierno de turno. Demostrar que se tiene un programa alternativo ante un gobierno débil, como lo es éste, significa sellar la llegada a la Moncloa en las siguientes elecciones para el candidato que presenta la moción de censura. Este caso se ejemplificó en 1980, cuando el entonces líder de la oposición, Felipe González, presentó una moción de censura contra Suárez sa sabiendas de que la tenía perdida. Dos años después, ganó con mayoría absoluta y más de 200 diputados, lo que a la postre significaría el fin de un partido débil como UCD. En este caso, usted no acabaría con el PSOE, porque es un partido muy consolidado, pero seguro que los socialistas no lo pasaban nada bien.
La segunda opción es la de presentar un programa completo de medidas concretas para salir de la crisis. Puede pensarse que es hacerle el trabajo al gobierno, pero debería tener usted más altura de miras y pensar en el bien de todos los españoles, que al fin y al cabo es lo que cuenta. O así debería ser.
En todo caso, presentando programa con medidas concretas, el gobierno queda desarmado, y de paso se presenta como una alternativa de gobierno concreta, fiable y con las ideas claras, que no nos vendría mal.
Pues ante estas dos opciones claramente definidas, usted ha tirado "por la calle de enmedio", solicitando al Grupo Parlamentario que sustenta al Gobierno ¡¡¡que retire la confianza al Presidente!!! ¿Pretendía luego que se la dieran a usted en una sesión de investidura? Quiero creer que no lo ha dicho en serio, pero me parece que no es el caso.
Con esta tercera vía, ha demostrado dos cosas. La primera, que no es capaz de reunir los apoyos necesarios para ganar la votación en una moción de censura y la segunda que no se atreve a someterse a una tercera cita electoral, porque sabe que, en el caso de que le permitieran volver a presentarse, posiblemente la volvería a perder. Me queda la duda de si no tiene un programa definido o no se atreve a presentarlo ante el rechazo que pudiera provocar en los votantes.
El resultado es que el presidente del Gobierno más acorralado de la Democracia desde Suárez, se ha permitido reírse de su propuesta en sede parlamentaria y apelar públicamente a su valentía y su coraje, y lo peor de todo es que usted no ha sabido por donde salir, porque tampoco hay salida airosa posible. Señor Rajoy, ¿qué pretendía con esta propuesta?
Y lo peor de todo es que tampoco esperaba más, así que no sé de qué me sorprendo. Lo que posiblemente no esperaba es que se intentara apoyar en el PSOE para acceder al gobierno. ¿Tan poco se fía de sus correligionarios? Aunque en este sentido puedo comprenderle. Con esa propuesta suya, la verdadera vencedora del debate no ha sido otra que Esperanza Aguirre, por lo menos por lo que respecta al PP internamente. Y yo que pensaba que podríamos ganar todos los españoles... aunque también hubo un tiempo en que creía en los Reyes Magos.
Señor Rajoy, y con esto me despido, como titulo al principio del post, es la hora de los valientes. Si asume el reto, adelante, presente sus alternativas y vamos a ver si nos parecen bien. Si no está dispuesto a presentarlas, o en su caso, a arrimar el hombro, mejor hágase a un lado. Hay cosas muy importantes en juego y para poner palos en las ruedas cualquiera vale.