sábado, 31 de diciembre de 2011

Prometer hasta meter...

O hasta ganar, que en el fondo es lo mismo. Tras los nombramientos del primer consejo de ministros del gobierno de Rajoy, en el segundo han entrado en materia, y deben haberse equivocado de programa y han cogido el del PSOE en lugar del suyo, porque lo primero que han hecho ha sido subir los impuestos. Como muestra de lo que pensaban cuando eran oposición y toda la culpa era de Zapatero, un botón:


Los vídeos en los que hablan de la subida del IVA me los guardo para cuando una vez pasadas las elecciones andaluzas y se presente el proyecto de presupuestos, suban el IVA. Desde aquí animo a Esperanza Aguirre a que no se deshaga del autobús con el que iba recogiendo firmas en contra de la subida del IVA que hizo Zapatero.

El tema de prorrogar el subsidio de 400 €, pese a ser una buena noticia, choca frontalmente con aquellos portavoces del PP que hablaban de que la gente prefiere un trabajo a un subsidio, pero bueno, tampoco se pueden pedir milagros en dos semanas de gobierno.

Y con esto no estoy defendiendo la gestión de Zapatero, que por eso precisamente se desalojó al PSOE de la Moncloa (y de la forma que se le desalojó), pero al PP no se le ha votado para hacer lo mismo que el PSOE. Para ese camino no necesitábamos estas alforjas.

De momento, el gobierno del PP está dando la razón a Rubalcaba cuando decía que el verdadero programa del PP no era el que estaba en los papeles. Eso sí, no veo a la derecha mediática poner el grito en el cielo. Me recuerda a lo que pasaba con Hugo Sánchez: todos, incluidos los madridistas, estaban de acuerdo en que su comportamiento en el campo dejaba mucho que desear (por ser fino y no aludir a la prole de las trabajadoras del sexo), pero claro, los madridistas le perdonaban todo. Aludiendo a lo que intento evitar, para los madridistas era "nuestro hijo de puta".

Lo que sí que he visto es a Ana Mato, nueva ministra de Sanidad, en cuyo garaje florecían los Jaguar, referirse a la violencia de género como "violencia en el ámbito familiar" y después escudarse en que "lo de menos es el nombre". Debería recordarle alguien que precisamente su partido tiene recurrida en el Tribunal Constitucional la Ley que permite el matrimonio homosexual, aduciendo que no van en contra de los derechos de la comunidad gay, sino que no se puede llamar matrimonio a la unión de dos personas del mismo sexo. ¿En qué quedamos?, ¿importa la terminología o no? Y no me voy a preguntar si esta señora se cree que somos tontos, porque la respuesta está clara desde el tema del Jaguar. Lo malo es que me parece que va a tener razón.

viernes, 2 de diciembre de 2011

La familia que vota unida...


Este señor tan digno es Benigno (¡uy!, que bonito me ha quedado). Benigno Blanco, el presidente de Foro de la Familia, una organización ultracatólica de las varias que andan por ahí que se ha dignado, como su condición lo exige, a pedir al futuro Presidente del Gobierno una serie de medidas de apoyo a las familias.

Dicho así, suena bien. ¿Quien estaría en contra de que se apoye a las familias?. Pues nadie, claro. Si no fuera porque alguna de las medidas son un poco, ejem, más bien bizarras. Y otras claramente carcas.

Entre las bizarras está ni más ni menos que el "voto familiar". Es decir, que se permita a los padres de familia que voten por sus hijos menores de edad por delegación. Me imagino que su idea es que el padre o la madre se presente ante la urna con el Libro de Familia en la mano e introduzca en ella tantas papeletas como hijos aparezcan allí, aparte de la suya propia.

Además de esta, ha propuesto otras que ya llevaba reivindicando con su Foro y que coinciden bastante con las reivindicaciones de otras organizaciones ultracentristas como Hazte Oír o la Conferencia Episcopal: eliminación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, derogación de la Ley del Aborto, eliminación de la Ley de Dependencia y cambios en la Ley del Matrimonio para que se deje de considerar como tal al matrimonio homosexual entre otras cosas.

Todo esto sin resumir lo podéis ver aquí:

Peticiones a Rajoy del Foro de la Familia

En primer lugar habría que analizar lo que representa el Foro de la Familia. Hay que decir en primer lugar que tampoco representa a tantas familias como a ellos les gustaría. Lo que pasa es que los medios ultraliberales (Libertad Digital, Periodista Digital, Loqueseaquetodossellamanasí Digital, Intereconomía, Veo7, etc.) le han dado mucha cancha, demasiada, porque este señor se ha dedicado en cuerpo y alma a denigrar al Gobierno Zapatero. Y eso, claro, les encantaba así que se lo llevaban a todas las tertulias esas donde se ponen tibios a vinacho. Lo malo es que Beni se lo ha creído y ahora se piensa que representa a todas las familias españolas y que habla en su nombre. Algún día alguien le tendrá que decir claramente que NO, que familias hay muchas y de muchos tipos y que él no las representa, ni de lejos, a todas.

Y ahora vamos a ver sus propuestas, aplaudidas a rabiar por todos esos "centristas".

La primera, la del voto para los menores, está clara: no hay más que echar un vistazo al número de hijos que promedian las familias opusinas, kikas y legionarias para ver por donde va la cosa. Imaginaos ahora a esas familias con sus ideas carcas y un voto que vale, de media, seis veces más que el tuyo... ¿lo pilláis, no? La excusa es que así se haría valer el "peso real" de las familias.

Lo de la derogación de la Ley del Aborto y la del Matrimonio Homosexual lo enmarca en un mismo paquete: medidas de protección a la familias. ¿Protección a las familias? No sé yo que tiene que ver que mis vecinos gays puedan formalizar su relación en pie de igualdad con la mía con la protección a las familias. Que me parece muy bien que a Benigno le den subvenciones y ayudas por el carro de hijos que tenga. Al fin y al cabo hay que fomentar la natalidad por el tema del envejecimiento de la población y tal. Pero no sé en qué le puede afectar a su familia o a la mía o a la de Rouco Varela el que dos homosexuales se puedan casar. A no ser que un día vayan a su casa dos policías y le obliguen a casarse con su vecino pero me da que eso no va a ocurrir. Como tampoco creo que alguien vaya a obligar a su mujer a abortar, que esa es otra. Porque al fin y al cabo lo que les molesta a los ultracentristas es que alguien que no les cae bien o que tiene un concepto de la moral distinto del suyo tenga sus mismos derechos. Que hasta ahí podíamos llegar, oiga. Se empieza dejando casarse a los gays y se acaba dejando sentarse en el autobús a los negros. ¿O era al revés?. En fin, el concepto es el mismo.

Lo de la supresión de Educación para la Ciudadanía está relacionado con lo mismo del párrafo anterior: la imposición de una moral (ultracristiana o cristofriki en su caso) que es la correcta porque yo lo valgo. La excusa es que los padres tienen derecho a educar a sus hijos en los principios morales que deseen. Habría que preguntarle a este señor si le parece entonces bien que los imames fundamentalista eduquen a sus hijos en la necesidad de una guerra santa o que los miembros del ku-klux-klan lo hagan en el odio racista. Y todos sabemos que hay padres que educar, educar... más bien nada. Lo que no sé es que daño le puede hacer a un niño que le enseñen que hay que respetar al que piensa diferente o al que tiene diferente raza, religión o tendencia sexual.

El caso es que todo lo anterior no es nuevo: los extremocentristas lo llevan pidiendo en todas las manifachas que se han celebrado por La Castellana en los últimos años (esas que reunían 20 personas por metro cuadrado) y no nos pilla de sorpresa. La novedad es lo de la Ley de Dependencia. Según Benigno, lo que pasa es que la Ley no es sostenible y se debería sustituir por "políticas sociales de cuidado en la familia de las personas mayores, con apoyo de las instituciones solo en los casos necesarios". Es decir, que la mujer se quede en casa cuidando de la abuela mientras el marido va a trabajar y al bar para luego sentarse en el sillón cuando vuelve a casa mientras la mujer prepara la cena. Que me da que es lo que pasa en casa de Benigno. ¿Trabajar la mujer? ¡para qué! ¿para que se pueda independizar del marido? ¿para que empiece a pensar por si misma? ¡anda ya!.

Pero bueno, todo esto no creo que llegue a cuajar. ¿O sí?

Porque un par de días antes de empezar a escribir este artículo hacíamos Sergio y yo una reflexión al respecto. Y es que a Mariano, cuando empiece a gobernar, los problemas y las protestas más preocupantes no le van a venir precisamente de la izquierda. Al fin y al cabo eso ya se lo esperaba y además con mayoría absoluta puede hacer lo que quiera en el parlamento y aprobar las leyes que le peten. No, las protestas más preocupantes le van a venir del extremo derecho de su electorado, gente como Beni, que le han apoyado durante todos estos años (y Mariano bien que se ha dejado querer por la cuenta que le traía) y que ahora quieren su parte del pastel. Ahora vienen los "¿que hay de lo mío?" de esta gente que estaba esperando un gobierno del PP para que sus sueños más húmedos se hicieran realidad.

Así que cuando vean que los matrimonios homosexuales no se deshacen (me juego lo que sea a que no van a derogar la Ley) y que tampoco se prohíbe el aborto (todo lo más se maquilla un poco la Ley actual) no les va a gustar.

Así que cuidadito, Mariano, que a lo mejor la próxima manifacha contra el aborto te la montan a ti y empiezan a pedir el voto para Rosa D'Espagna en todas las radios del TDT Party. Avisado estás.