Después de este parón de una semana y pico, provocado por el cabreo, la desidia y los calores que te quitan las ganas de escribir algo, por poco que sea, voy a escribir precisamente sobre esas tres cosas, y cuáles han sido los motivos que me han provocado las dos primeras sensaciones, y de los calores hablaremos otro día, que hoy hace mucho calor.
El cabreo me viene provocado por la clase política. Alguno pensará que "para variar", pero sobre todo estoy cabreado con Durán i Lleida. ¿Por qué?, sinceramente porque me parece de los pocos políticos que pueden salvarse en un colectivo cada vez más mediocre y con menos valores, si es que algún día los tuvieron. Lo que pasa es que ha sucumbido a lo que sucumben todos antes o después: el electoralismo.
Este año se celebran elecciones a la Generalitat de Catalunya, y se nota porque el tono de Duran i Lleida ha cambiado radicalmente de un tiempo a esta parte. Mucho más duro con el gobierno en su discurso, pero revistiendo sus decisiones (como la de apoyar las medidas de recorte o abstenerse en la convalidación del decreto de reforma laboral) de responsabilidad y sentido de estado. Señor Durán, si no le gusta, no lo vote, si considera que no es bueno para España, no lo vote, si considera que el presidente del gobierno debe dimitir, apoye una moción de censura contra él, pero no tire la piedra y esconda la mano en el sentido de estado. Según usted mismo, el gobierno ha aprobado dos malas medidas, pero con su inestimable colaboración. ¿Es ése su sentido de estado o no son tan malas pero tiene que decir que lo son para no perder votos en Catalunya?
Y eso, me cabrea.
Los que me producen desidia son los otros dos. Ha llegado el momento en el que paso, tanto del uno como del otro, pero que no se frote las manos Rosa Díez, porque de ella paso hace ya muchos años. Entre que Zapatero da la sensación de que no sabe por dónde va, o a duras penas lo intuye, y que Rajoy se ha instalado en el NO a todo por sistema (excepto en la reforma laboral, que ha criticado hasta la saciedad para luego facilitar su aprobación), la única salida que veo a esto es que hagamos como en tiempos de Amadeo de Saboya y busquemos a un presidente fuera, porque en las próximas elecciones tendrá que ganar uno de los dos. Por desgracia. No veo a Zapatero dejando paso a nadie, y lo que está justo detrás no parece mucho mejor (aunque sí más contundente, como Blanco o más diplomático, como Bono), porque no creo que se presente María Teresa Fernandez de la Vega.
Lo mejor de todo es que han estado metiendo prisa a Zapatero para que lleve a cabo la reforma laboral, y ahora que la hace dicen que es precipitada, y cuando se les pregunta por lo que habrían hecho ellos, se desentienden. Luego dan su aprobación implícita al favorecer su aprobación y se abrazan al sentido de estado. Y no voy a seguir porque pasaría de desidia a más cabreo, porque lo siguiente de lo que iba a hablar es de la conversión del PP en el partido de los trabajadores. Y sin caerse del caballo.
A todo esto, Obama felicita a Zapatero por su valentía. Miedo me da Leire Pajín cuando se le caliente la boca y empiece a hablar de acontecimientos planetarios. Su simple presencia como secretaria de organización da idea de cómo está el PSOE.
La imagen del encabezamiento corresponde a la viñeta de Peridis en la edición digital del diario El País del 24 de Junio de 2010.
1 comentario:
El Gobierno y su pésima oposición dan miedo. Es el momento perfecto para que los partidos menores se reivindiquen.
Desgraciadamente, en este país el turno de partidos sigue existiendo.
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