
El día fue movido, además de especialmente caluroso, con vuelo a Girona, de Girona a Barcelona en bus, bañito en la piscina del hotel y visitas turísticas obligadas a la terraza del Zürich (en Plaça Catalunya) y al Passeig de Gràcia con las casas Batlló y Milà (la Pedrera), para terminar el tour en la Sagrada Família, donde tomamos el metro hasta Collblanc, la parada más cercana al Camp Nou.
El ambiente en los aledaños del Camp Nou era de gala. Mucha gente, mucho ruido, muchas cervezas, bastantes reventas y muchas colas para entrar cuando ya empezaba la primera canción de Snow Patrol, lo que daba más ambiente si cabe.

La primera cosa que me llamó la atención fue lo grande del escenario que ha preparado U2 para esta gira, y lo segundo lo arriesgado que debe ser su montaje y su mantenimiento. Como prueba, la siguiente foto, en las que dentro del círculo rojo, pueden verse las piernas de un técnico que colgaba de la pantalla intentando solucionar un problema con una de las partes de la misma.

El concierto
A las 22:00 en punto, se apagaban las luces y U2 salía al escenario. Primero, Larry Mullen que se sentó a la batería y comenzó con Breathe, al que se unieron Adam Clayton y The Edge según orden de entrada, para terminar apareciendo Bono desde debajo del escenario. Clamor general.
Así comenzó el repaso al último disco, del que parece que se querían deshacer cuanto antes, o no se entiende tanta prisa por quemarlas. El caso es que tocaron, por este orden, No line on the horizon, Get on your boots y Magnificent seguidas y sin casi solución de continuidad.

Después de esto, se vivió un momento "histórico", como fue el interpretar por primera vez en un concierto Electrical Storm, que editaran en el álbum The best of U2. 1990-2000. No estuvo mal, la verdad. Después de esto, otro baño de masas con In the city of binding lights, donde un gran halo de luz iluminaba el cielo de Barcelona y Vertigo, que hizo vibrar los cimientos del Camp Nou.

Para los bises guardaron Ultraviolet, del album Achtung baby, With or without you, Moment of surrender y para terminar, la versión editada en el último disco de I'll go crazy if I dont't go crazy tonight. Un buen broche para un gran concierto.
El escenario
Mucho se ha hablado del escenario, y la verdad es que es realmente espectacular, aunque le veo algunos fallos. Para empezar, no es giratorio, como se había vendido en un principio. El escenario en sí es pequeño, y tiene un par de pasarelas que llevan a un pasillo exterior, por el que sí es verdad que se pasearon bastante, pero de giratorio nada. Así que el que está detrás del escenario, ve la mayoría del concierto "de espaldas", eso si están detrás, que si están en diagonal al concierto, las patas de la garra tapan bastante.
Eso sí, los efectos son buenos, la pantalla es espectacular y el sonido limpísimo (aunque no en todas partes, por lo que me dijeron). En todo caso, y estando muy muy bien, no es lo que vendieron en un principio, con un escenario giratorio y visibilidad perfecta desde todo el estadio, que sí que pueden vender al completo, por cierto. Y nos queda una duda: ¿pudo el arriesgado técnico arreglar el fallo en la pantalla?

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