jueves, 26 de noviembre de 2009

Jaime de Marichalar, o "se atascó la bragueta"

Después de dos años de cese temporal de la convivencia, la infanta Elena y Jaime de Marichalar (de profesión, braguetero) se han divorciado. Ya se veía venir incluso antes del "cese" (sobre todo después de aquél "es igualito a su madre, el pobre", que dijo Marichalar refiriéndose a su hijo Felipe Juan Froilán de Todos los Santos y la Santísima Trinidad), que aquello había sido un braguetazo, pero siempre nos quedaba la esperanza de que hubiera triunfado el amor (jajaja), y ahora resulta que se divorcian. Como diría Makinavaja, "pos bueno, pos fale, pos malegro". Por cierto, que habrá que ver si secuestran El Jueves, que siempre da vidilla.

Lo que pasa es que esto abre algunos debates que pueden resultar interesantes. Empezando por el papel de los infantes e infantas de España, que únicamente tienen un papel decorativo y el dinero que nos cuesta a los españoles ese papel, a la posición de la iglesia con respecto al divorcio.

En lo primero, mi posición creo que es conocida, pero por si acaso, la diré de nuevo: 3ª República ¡YA! No me parece de recibo que la jefatura del estado se herede como si fuera un cortijo, pero si eso me parece mal, que toda la familia del jefe del estado (sea rey o presidente, tanto da) se vea favorecida por subvenciones y prebendas por parte del estado, todavía menos. Mucho menos, si las prebendas vienen dadas por estamentos privados, porque aunque pudiera parecer que no hay ningún problema, que son empresas privadas y pueden hacer lo que quieran, lo hacen esperando una contrapartida. Si no, a nadie se le ocurre darle trabajo al que asó la manteca, y menos un trabajo tan bien remunerado.

El otro tema es el de la iglesia católica, que se llena la boca negando la comunión a los católicos divorciados, pero a la que se le hace el culo agua cuando tienen que ir a dar la comunión a la familia real, estén divorciados o no, como es el caso de la ex-presentadora del Telediario (que por cierto, pasó de ser una simple reportera a presentar el informativo estrella de la televisión pública en un tiempo récord) o ahora será el de la pareja recién divorciada. Bueno, a lo mejor en el caso de Marichalar no se la da, que siempre ha habido clases. Por otra parte, se espera que la iglesia conceda la nulidad matrimonial a la pareja, con lo cual se demostrará que, como en los tiempos en los que se compraban las bulas papales, la iglesia valora más el talonario que el golpe de pecho. Aunque no sé de qué me sorprendo. No me extraña que dentro de poco nos sorprendan en el Hola con un nuevo romance de la hija del jefe del estado, y por eso hayan anunciado ya el divorcio.

Y para terminar, voy a poner un ejemplo de la verdadera utilidad de la familia real. Me lo descubrió hace tiempo Juan Joya, el Risitas:



Este sí que es un Grande de España. Salud y República.

PD.- Pido disculpas, pero tenía que poner foto. El uso de las mayúsculas y las minúsculas es deliberado, no se las pongo a quien creo que no las merece.

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