miércoles, 23 de diciembre de 2009

¡¡¡Feliz Navidad!!!

Llega la Navidad, el tiempo de los milagros, las comilonas, las colas en El Corte Inglés, aunque este año me parece que habrá alguna menos, el rastreo exhaustivo del último juguete de los dibujos animados de moda (el año pasado era Ben 10, este año es algo así como los Bakugan, o eso me dijo mi sobrino) en detrimento de las muñecas de Famosa que llevan más de 30 años dirigiéndose al portal para hacer llegar al niño su cariño y su amistad, que el niño ya debe estar cansado de esperar, o el portal estar muy lejos. También es el tiempo de la famosa pregunta "¿qué hacemos en Nochevieja?" que queda sin respuesta o en el mejor de los casos se responde con un "podemos ir a dar una vuelta a ver lo que hay abierto". Y es que las Navidades son muy tradicionales.

Mañana toca cena familiar. Mi madre dice que no sabe lo que va a hacer, pero ya digo yo que en todo caso será demasiado. Pondrá un millón de cosas para picar y cuando empiecen a salir los langostinos y todos los entrantes por las orejas de todos y cada uno de los comensales, nos preguntará que cuántos trozos de cordero nos pone. Resoplidos racheados de hasta 50 km/h le indicarán que nos ponga lo de compromiso, que no podemos más, terminaremos con el cordero (porque en mi casa somos educados y no nos dejamos nada en el plato) y cuando ya hayamos terminado con los postres y estemos atacando al turrón, con gran éxito todo hay que decirlo, mi madre dirá aquello de "ay, qué tonta, que se me ha olvidado sacar ........... (rellene la línea de puntos), ¿queréis que lo haga en un momento?". Y es que hay tradiciones tan arraigadas como las muñecas de Famosa dirigiéndose al portal.

El día de Navidad comes por inercia. Eso sí, el puchero que no falte, y la tarde aburrida en casa porque no te apetece salir después de tanto comer tampoco falta a su cita. Además, como está la familia en casa te sabe mal dormir la siesta, y te acabas tragando cualquier película que pongan en la tele, preferiblemente de Julie Andrews, que en estas fechas da mucho juego. Lo mismo da que sea Mary Poppins que Sonrisas y Lágrimas, en una cadena u otra cae.

Y llegan los días aburridos. Son los que van del 26 al 30, en los que no sabes lo que hacer, porque todavía no quieres ir a comprar los reyes (supongo que por un cierto masoquismo que te hace esperar a la semana siguiente) y como los amigos trabajan tienes poco que hacer. El tema principal es la Nochevieja, aunque eso se empieza a tratar el día 28, con lo que no sabes si lo que se acuerda es de coña o va en serio, por aquello de las inocentadas.

Y tras la Nochevieja de siempre (la novedad empieza a ser no salir) en la que te has comido las uvas con TVE, porque hay cosas como las uvas y el discurso del rey que se ven en la 1, como si al hacerlo, al rey, en estas entrañables fechas, le llenara todavía más de orgullo y satisfacción el introducirse en nuestros hogares para desearnos lo mejor, llegan los días comerciales, en los que te recorres todas las tiendas de juguetes buscando a los dichosos Bakugan, porque todos los niños quieren lo mismo y ya no quedan. El año pasado había Gormittis por castigo, pero mi sobrino quería a Ben 10. Este año seguro que hay cosas de Ben 10 por encima de los ojos y no hay quien vea un Bakugan. Y por fin, tras la cabalgata en la que los concejales se ponen barbas postizas y se pintan la cara de negro para salir de Baltasar, llega el día de Reyes, en el que los niños disfrutan por todas las fiestas y los mayores mucho más. De la operación retorno mejor hablo el día 7, que lo tendré más reciente.

Y bueno, me voy a ir despidiendo. Estas serán las décimas navidades de Operación Almendro y ya empieza a convertirse en una costumbre para mí el volver a casa. Pese a ello, no deja de ser emocionante, sobre todo en los días de cuenta atrás. Se acercan dos semanas de vacaciones y todos tenemos ganas de irnos ya, empezar un nuevo año lleno de buenos propósitos que intentaremos llevar a cabo en el mes de Enero y olvidaremos en Febrero. Ahora vienen unos días de parón en el blog, pero tranquilos, que volveré, ¿o es que os creíais que os libraríais de mí tan fácilmente? Pues no os queda por aguantar...

Así que mientras voy haciendo mi lista de buenos propósitos, os deseo que paseis unas muy felices fiestas, que no comais mucho o sí pero que os siente bien, que en Nochevieja no la liéis muy parda y que os traigan muchas cosas los Reyes, que para esto de los regalos es para lo único que soy monárquico.

6 comentarios:

Miki dijo...

Felices fiestas!! Que lo pases bien con la familia.

Y no tardes mucho con los bakugan que a mí ya me han dicho lo de agotadísimos jeje

Carmen dijo...

Felices Fiestas!!!
Al temita: Este año el olvido ha sido de otra índole, y de una naturaleza tan trágica que mi madre ha abandonado a Goethe por Cervantes.
"La lubinaaaaa, que ya lleva un montón en el hornoooo"
Qué buenas, las patatas churruscadas oyes.
Tengo una pregunta para usted: ¿Por qué los japos han dado al juguete estrella reminiscencias de anarquista soviético?
Ahora vas y lo cascas.

El que apaga las subestaciones dijo...

¿Anarquista soviético? Eso es como decir comunista libertario. Una contradicción en sí misma.

¿No querrías decir "anarquista aragonés"? O barcelonés. Incluso andaluz.

Favorcito de repasar la historia de la Revolución Española. Que es como algunos llaman al periodo en que muchos españoles vivieron sin capitalismo ni socialismo estalinista. Duró menos de un año, pero existió y, en algunos aspectos, funcionó.

El que apaga las subestaciones dijo...

AUTOCORRECCIÓN (y de las gordas)

Donde pone "comunista libertario", sustituyase por "estalinista libertario".

Es la fuerza de la costumbre. Hoy en día nadie entiende que sea posible ninguna forma de comunismo que no sea la de la URSS.

Nadie recuerda que Platón era comunista: Propugnaba la comunidad de bienes, mujeres e hijos.

Nadie recuerda que los seguidores de un "mesíah" compartían su dinero y comida. Ni que Iosu animaba a los ricos a repartir sus bienes.

Nadie recuerda que Tomás Moro imaginó una sociedad próspera sin propiedad privada en la lejanísima isla de Utopía.

Nadie recuerda que sus abuelos montaron cooperativas integrales en Aragón y que fueron perseguidos por los "comunistas" estalinistas y, después, por los franquistas.

Carmen dijo...

Mijaíl Bakunin nació en una familia aristocrática del pueblo de Pryamukhino(...)Aunque su padre deseaba que continuara el servicio militar o el servicio civil, Bakunin abandonó ambos en 1835, partiendo hacia Moscú, con la esperanza de estudiar filosofía(...)El colectivismo bakuninista se defiende sosteniendo que cada cual debe recibir según sus méritos, y que el incentivo de prosperidad material es legítimo en una sociedad libre que no busca la igualdad sino la justicia económica; en todo caso, la repartición salarial debería organizarse colectivamente bajo criterios tanto democráticos como técnicos.
A la vista de estos breves extractos, efectivamente rectifico mis calificativos de anarquista y de soviético. A buen entendedor...

El que apaga las subestaicones dijo...

Chica, qué seria te has puesto.

Si en el fondo del fondo, aparte de la cosa político-histórica, lo que más me interesaba a mí era resaltar el hecho de que no hace falta buscar referentes fuera.

Si buscas fotos de Buenaventura Durruti, no será difícil que encuentres alguno en que lleva puesto algo muy parecido al sombrero de cazador del "poco yo" ese. Más que el típico gorro "soviético".

¡Ah! Y si quieres ver a un español (por los cuatro costado) con un gorro de Astracán de estilo ruso, si algún invierno pasas por la subestación eléctrica de Herrera de Pisuerga, _puede_ que le veas.

Eso sí, date prisa en pasar por casualidad, porque le debe quedar poco para jubilarse. Muy a su pesar, sospecho. El suyo es un corazón eternamente joven que le lleva a estar siempre activo, siempre buscando cosas nuevas que aprender. Sin que sea su profesión, en algunos aspectos de la Informática le da sopas con honda a muchos que trabajan en el tema. Incluso con titulación.