lunes, 25 de enero de 2010

¿Cadena perpetua?

Además del título en castellano de una de mis películas preferidas (el título original es The Shawshank Redemption), es un tema recurrente sobre el que polemizar cuando a nuestros políticos no se les ocurre nada más o cuando se produce el aniversario de un delito mediático.

En este caso es una mezcla de las dos cosas, porque Javier Arenas, secretario general del PP en Andalucía, ha aprovechado el primer aniversario de la desaparición de Marta Del Castillo para intentar colar el debate y así ponerse de parte de las víctimas que, no lo olvidemos y es totalmente comprensible, bajo la demanda de justicia reclaman lo que consideran una justa venganza. Insisto en que me parece comprensible, y que yo posiblemente reclamaría lo mismo si me viera en la misma situación.

¿Qué debemos hacer entonces?, ¿legislar a golpe de suceso?, ¿hacerlo en frío dando la sensación de que se abandona a las víctimas?, ¿deben las prisiones tener carácter corrector o sólo represor?

Cada vez que tenemos noticia de un crimen como el de Marta Del Castillo o de Sandra Palo, el cuerpo nos pide colgar al criminal de los pulgares, en el mejor de los casos, pero se presentan varios problemas. El primero es que los medios de comunicación, en su mayoría o por lo menos en parte, se pasan la presunción de inocencia por el forro de sus audiencias, así como el secreto del sumario (aunque en este caso también tendrán algo que decir los que deberían guardarlo) y convierten en espectáculo lo que debería ser respeto por el dolor de una familia y respeto a la labor de la justicia, que muchas veces se ve condicionada por todo el barullo mediático.

El segundo es que no sabemos mantenernos fríos ante hechos como los anteriormente mencionados. Comprendo a los familiares, y no les voy a pedir que se mantengan fríos, porque sé que no podrían y porque yo seguramente me sentiría igual que ellos. Los que no se pueden dejar arrastrar por esos sentimientos (que, no nos engañemos, esperan traducir en votos, sea el partido que sea) son los políticos, que con tal de rascar un puñado de votos se suben a la ola creada por los medios de comunicación, que no tienen otro fin que subir su share. Al final, estamos el resto, a los que nos van creando un estado de crispación que sólo nos vemos capaces de aplacar con sangre, o en su defecto, encerrando a alguien en la cárcel y tirando la llave al río. Son reacciones completamente humanas y como tal, entendibles.

Pero debemos plantearnos el fin que tienen las prisiones. ¿Deben servir para reinsertar al reo en la sociedad o deben servir para apartarlo de la misma? El cuerpo nos pide lo segundo, por simple instinto de protección, pero ¿estaríamos dispuestos a sufrir las consecuencias en caso de ser nosotros los reos? Entonces querríamos tener todas las garantías y que nos dieran una segunda oportunidad.

Yo creo que todo el mundo se merece una segunda oportunidad. Que se le dé a los 6 meses o a los 30 años dependerá de lo que haya hecho, pero creo que se le debe dar.

4 comentarios:

Carmen dijo...

¿Segunda oportunidad? Puede que sí, puede que no. Desde luego que no a quien no muestra el menor de los arrepentimientos y además luce ufano cuando tiene que comparecer por alguna de sus fechorías. Efectivamente, el castigo de prisión, privación de libertad, llamémosle como queramos se concibió con función reinsertora, reeducadora, pero no es de recibo la calidad de vida de que disfrutan algunos reclusos, sobre todo con la calidad de vida que sufren algunas de sus víctimas (eso, las que han quedado vivas para contarlo). Y en otros casos (pedófilos y maltratadores reincidentes, pongo por ejemplo) tal vez las cárceles deban servir para mantenerlos alejados de la posibilidad de causar más daño y más dolor, ante la ausencia de momento de otra forma más eficaz de tratar el problema.

Tyrion dijo...

Muchas veces se piden cosas sin pensarlo. Es lógico que los familares de Sandra Palo o de Marta del Castillo pidan la cadena perpetua. Pero no se si la pedirían igual si supieran que en España las penas son bastante más duras sin cadena perpétua que con ella.

Porque lo que están pidiendo Javier Arenas, Rajoy y demás aprovechateguis es una cadena perpétua REVISABLE (por aquello de no parecer la Inquisición, que te tiraba dentro de una mazmorra y no volvías a ver la luz en tu vida) mientras que en España hay penas de 40 y 50 años que NO son revisables. Así que se puede dar el caso de un condenado a cadena perpétua que salga a los 10 años porque se la ha revisado la condena mientras que si le hubiesen condenado a 30 años se los chupara todos toditos en prisión.

Es lo malo que tiene pedir que se legisle a golpe de noticiario, que nos olvidamos de cosas como estas:

- España es el país con más presos por habitante de toda la UE: 166 reclusos por cada 100.000 personas, muy por encima de Francia (96), Italia (92) e incluso Gran Bretaña (153). La población reclusa, unas 76.000 personas, casi se ha duplicado en los últimos quince años, desde que la reforma del Código Penal de 1995 endureció las condenas. Es decir, que aquí vas a la cárcel por menos de nada lo que derriba el mito de que en las cárceles españolas entras por una puerta y sales por a otra. No es así y no hay más que preguntar a un abogado criminalista (yo conozco varios) para que te lo confirmen.

- ¿La alta tasa de encarcelamientos significa que vivimos en un país altamente inseguro? Pues tampoco, porque la tasa de criminalidad española es de las más bajas de Europa y los delitos más graves, como los asesinatos o los robos con violencia, no han parado de disminuir.

- ¿A que se debe entonces que haya tanta gente que crea que vivimos en Dallas en los tiempos de Billy the Kid y Wild Bill Hickock? Pues básicamente a los medios de comunicación que pecan de sensacionalismo y que parece que se recrean en enseñarnos cuantas más vísceras desparramadas mejor. Y a los políticos carroñeros que se aprovechan de este sensacionalismo para hacer populismo del más barato, apelando a los más bajos instintos del electorado para arañar unos cuantos "votos del miedo" para su saca.

Para más información aquí:

http://www.elpais.com/articulo/espana/Crece/numero/reclusos/elpepuesp/20100125elpepinac_5/Tes

aquí:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Muchos/presos/pocos/delitos/elpepusoc/20090805elpepisoc_1/Tes

y aquí:

http://www.lavanguardia.es/lv24h/20090415/53681289456.html

Anónimo dijo...

Parece que los links no entran enteros. Los parto a ver si así se ven mejor.

http://www.elpais.com/articulo/
espana/Crece/numero/reclusos/
elpepuesp/20100125elpepinac_5/
Tes

aquí:

http://www.elpais.com/articulo/
sociedad/Muchos/presos/pocos/
delitos/elpepusoc/
20090805elpepisoc_1/Tes

y aquí:

http://www.lavanguardia.es/
lv24h/20090415/53681289456.html

El que apaga las subestaciones dijo...

Lo primero, por lo concreto, es que en el "caso Castillo" no se sabe todavía si hay crimen o desaparición. Solo hay una confesión variable.

¿Alguien recuerda "El crimen de Cuenca"? ¿Alguien cree que la coacción policial ya no existe?

Sobre el tema de las condenas de 30 ó 40 años de cumplimiento íntegro... Creo que a los 73 años de edad sales de la cárcel de modo automático. Y que la estancia en la cárcel se puede abreviar por métodos diversos.

En cuanto al tema de la población reclusa, ¿puede tener algo que ver el hecho de que la administración de justicia en España funciona con una lentitud absoluta? De ahí que la prisión preventiva estire y estire. Aunque seas inocente.

Sí, sí. Aunque tú seas inocente. ¿O acaso crees que contigo no se podrían confundir? Creo que hay una película del gran Alberto Sordi respecto al tema de los errores policiales que conducen a la prisión preventiva. No hemos avanzado nada desde los años 50.