
Le ha salido cara la amistad con Álvaro Pérez, alias El Bigotes, su amiguito del alma y con el que tenía algo "muy bonito". A lo mejor El Bigotes se pasó 20 pueblos con los regalos, según palabras de la esposa de Camps, y éste se queda en Picassent...
Esto afecta a la línea de flotación del PP-CV, porque se imputa a su máximo responsable, que además ha hecho el partido a su imagen y semejanza, borrando todo aquello que recordase remotamente a Zaplana, que no fue imputado en su momento porque las famosas grabaciones en las que reconocía que estaba en la política para hacer dinero fueron declaradas ilegales, pero que a mí me bastaba para no querer verlo ni en pintura.
Camps fue el discípulo aventajado de Zaplana, así que era de esperar que estuviera cortado por el mismo patrón, y nunca mejor dicho. Ahora habrá que ver cómo actúa el PP, y si toma la vía madrileña o la vía valenciana.
Si toma la vía madrileña, suspenderá a Camps (y a Ricardo Costa) de militancia de inmediato, pero si toma la vía valenciana (o vía Fabra), a Camps le queda mucho en el puesto y recibirá parabienes y la defensa a ultranza del "líder" (entrecomillo porque ni ellos creen que lo sea) del PP, Mariano Rajoy.
Habrá que esperar, aunque Soraya Saenz de Santamaría ya ha dado una pista, y parece que toca cierre de filas en torno a Camps. Lo que no me perdería por nada del mundo es la cara de Zaplana cuando haya conocido la noticia.
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