jueves, 28 de mayo de 2009

Nottingham

Nottingham está cuesta arriba. Supongo que se puede pensar que si está cuesta arriba también está cuesta abajo, pero no, vayas donde vayas llega un momento en el que tienes que subir, porque Nottingham es como las patatas fritas, ondulada. Y no es que me quiera quejar de tener que subir, pero ya dice el dicho, que "para las cuestas arriba quiero yo el burro, que las cuestas abajo yo me las subo". Mis gemelos pueden dar buena cuenta de ello.

Eso sí, la ciudad es preciosa y a la vez curiosa. Sobre todo domina el contraste. Así, puede verse una galería comercial dentro del edificio del Ayuntamiento, en Market Square, hasta una discoteca dentro de una iglesia desacralizada pasando por la posada más antigua de Inglaterra, abierta desde 1189. Contraste. De lo más tradicional a lo más moderno. Para una ciudad de 275.000 habitantes no está mal.

El viaje
Empezó como tod
os nos tememos cuando viajamos con una compañía low-cost, con retraso. Ryanair nos obsequió con un estupendo retraso de 6 horas en el

aeropuerto de Barajas, como se puede ver en la pantalla que se reproduce en la foto. Eso sí, tuvieron el detalle, o más bien la obligación, de darnos un sandwich y un refresco a las 9 y media, 3 horas después de la salida prevista para el vuelo.

Yo tenía que coger un tren en London-Stansted a las 10:21 hora inglesa, por lo que llegando a las 8:00 de la mañana, tenía tiempo hasta para aburrirme, pero como Ryanair está en todo, pensó que más que aburrirme en un país extranjero, mejor aburrirme en casa. Y es que como en casa de uno no se está en ningún sitio. El caso es que puse la pertinente reclamación, me comí el sandwich, y a las 12:30 ya estábamos despegando hacia "La pérfida Albión".

Durante el viaje, el rato que no estuve durmiendo, no paraba de pensar en que había perdido el tren en el aeropuerto, y que ya veríamos cómo solucionaba el tema. Afortunadamente, con un inglés que prefiero no reproducir por respeto hacia la lengua de Shakespeare y gracias a la buena voluntad de la señora de la taquilla, pude desfacer el entuerto y tomé el tren hacia Nottingham, donde llegué (previo cambio de tren en Leicester) a las 6 y media de la tarde, 5 horas más tarde de lo previsto. El viaje en tren era casi lo esperado, todo es verde, excepto las casas, que son rojas. Pasé por Cambridge

La estancia
Estuvo muy bien, sobre todo por la compañía, todo hay que decirlo, pero además de eso, la ciudad es acogedora y muy manejable. A todas partes se puede ir andando si no te importa subir cuestas. Y si te importa, da lo mismo, ya dejará de importarte, los gemelos se acostumbran a todo.

Me llamaron la atención muchas cosas, pero quizá entre lo que más, lo limpio que está todo y lo poco que fuma la gente, y siempre en la calle. Apenas vi un local en el que se decía que había una zona de fumadores, pero tampoco entré. También es una ciudad de compras para gente sin posibles, porque las tiendas que hay son las normales de cualquier sitio, con alguna excepción como una tienda de Lacoste y poco más. Así las cosas, al final me compré 3 pantalones vaqueros, dos camisas de gemelos y 3 pares de gemelos, por un montante total de 80 libras. No está mal, la verdad.

Wollaton Hall
Se trata de una mansión que hay a las afueras de Nottingham, con unos jardines impresionantes, un lago, un par de manadas de renos (o eso me parecían, más que ciervos) y muchos cuervos, y te da la sensación de que el tiempo no pasa. Se puede pasear por donde quieras y la mansión es simplemente espectacular. Un sitio magnífico para pasar una tarde de picnic o paseando por sus enormes prados, lejos del ruido de la ciudad y descansar un poco del bullicio.
El castillo de Nottingham
Seguro que a todos nos sonaba Nottingham, a unos con la palabra Forest detrás y a otros con la palabra sheriff delante. Y este era el castillo del sheriff de Nottingham, o dicho de otro modo, el malo de Robin Hood. Está reconstruido, pero la verdad es que está muy bien, para qué negarlo. Además de los jardines que tiene, hay una exposición en su interior bastante curiosa. Trata principalmente sobre el Destacamento de fusileros "Robin Hood", que participó en las dos guerras mundiales y sigue activo en la actualidad. Se pueden ver uniformes de todas las épocas del destacamento, así como condecoraciones y hasta un típico casco alemán de la segunda guerra mundial, aunque lo que más llama la atención es una vitrina en la que se habla de la diosa de la victoria y hay una gorra de Nike. Palabra.

A los pies del castillo está la estatua de Robin Hood, aunque estos días estaba dentro de una carpa. Suena curioso, pero es tal cual. Habían puesto una carpa alrededor de la estatua en la que había una pista de baile, un escenario y había música en directo. El contraste venía cuando veías la estatua de Robin Hood (que por cierto, apuntaba al cantante, como para soltar un gallito), todo lleno de ingleses y un grupo de salsa tocando en directo. Por cierto, que nada que ver con Errol Flynn, y mucho menos con Kevin Costner o el del bigote, que si alguien sabe cómo se llama, que lo diga en los comentarios por favor.

Como se puede ver, la cuerda del arco es una cinta de plástico de las de acordonar, de esas de obra rojas y blancas, y es que la estatua no tiene cuerda en el arco.

Y en la próxima entrada hablaré de Birmingham, que es puro contraste.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen artículo! No sabíamos qué ir a ver un par de amigos y yo que vamos a ir en dos semanas para allá.

Una duda, para el tren desde ese aeropuerto conviene hacer reserva? (sería un Jueves a la tarde, y hay buenas frecuencias). Es que vamos a seguir parecido tipo de viaje al tuyo y la página de crosscountryrails no funciona su online ticket purchase.

Saludos