lunes, 24 de mayo de 2010

Sacrificios para los de siempre

Esta semana, como se ve en el chiste de Forges que antecede a este texto, el des-gobierno español ofrecerá en sacrificio el estado del bienestar. El jueves en forma de real decreto por el que se congelarán las pensiones, desaparecerá el "cheque-bebé" a partir de 2011 y se bajarán los sueldos a los funcionarios un 5% de media, y durante la semana, aunque supongo que al final o el mismo día, para que se reparta el impacto mediático, en forma de pacto para la reforma laboral, en palabras de Zapatero para fomentar el empleo juvenil, y que seguramente consistirá en la creación de un nuevo contrato aún más precario que el anterior, porque la flexibilidad siempre es para los mismos. Los sindicatos mayoritarios se convertirán en cómplices defendiendo sus intereses revestidos de intereses de los trabajadores, cuando ni siquiera son los intereses de sus afiliados, sino simplemente el mantenimiento de unas subvenciones que necesitan para mantener sus mastodónticas a la par que ineficaces infraestructuras.

Mientras, todas aquellas buenas intenciones del principio de la crisis financiera, aquellas que decían que se debía reformar todo el sistema, quedan poco menos que en agua de borrajas o en "digos" convertidos en "diegos" por obra y gracia del nuevo Dios solar, el Mercado.

Siempre me ha hecho gracia (aunque maldita, bien es verdad) la forma en la que se dota de personalidad a una acción hecha por personas (o por seres humanos, aunque tampoco) para evitar la responsabilidad en las acciones de esas mismas personas. Así, cuando decimos que "el dinero es cobarde", no hay más que imaginarse a un billete de 500 € muerto de miedo para ver lo ridículo de la expresión. También se puede aplicar a "El Mercado", que no es ni siquiera imaginable, y que se basa en las acciones especulativas de los de siempre, en aras de calmar su propia codicia.

Esta semana, propiciado por un gobierno que se considera de izquierdas y con el silencio cómplice de más de uno, y si no habrá que ver la retahíla de abstenciones en el congreso, asistiremos a la inmolación de gran parte de aquello por lo que hemos luchado mucho tiempo. Al fin y al cabo, ¿cuando les hemos importado lo más mínimo?

De Camps, sus medallas interplanetarias y la ausencia de cargos nacionales del PP en el acto de adhesión que me montó el sábado, hablaré otro día, que si no va a parecer un monográfico.

2 comentarios:

El que apaga los subestaciones dijo...

El milenio pasado yo ya le decía a quien quería escucharme, que una vez desaparecida la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, también desaparecería la financiación de los partidos comunistas europeos y de los sindicatos más politizados. Y que a partir de ese momento los del dinero ya no tendrían un "bolchevismo" al que temer, con lo cual iniciaríamos un lento retorno a las condiciones sociales, políticas y laborales del siglo XIX.

Es decir, el desmontaje del estado del bienestar. Era algo cantado.


Pero, más aún, yo estaría por decir que muerto el comunismo, al consumismo no le queda mucho más.


Si eres mileurista y cobras menos que tu padre con tu edad, incluso aunque tu padre no fuese universitario y tú sí, si el trabajo escasea porque, pese al mileurismo, se han llevado la producción de muchos bienes, incluso la prestación de ciertos servicios, a paises en vías de desarrollo...

¿Cómo vas a poder comprar todo lo que se vende a los precios de siempre?

¡Ah, sí! Claro, se me olvidaba. Se puede seguir comprando a crédito. Es decir, incrementando el precio en una parte que se da a una empresa financiera (VISA, Mastercard, Cajamadrid). Así puedo tener ahora la casa de 510.000 €, el deportivo de 50.000 € y todas las demás cosas que se me antojen. Ya lo pagaré durante los próximos 10, 30 ó 50 años.

Hasta que, vaya, deja de disponerse de crédito. Y no me refiero a la crisis. Porque si gastas (a crédito) a lo largo de 25 años el dinero que ganas en 40 años de vida laboral... En fin, que no se puede mear contra el viento.

La crisis financiera ha acelerado el proceso. Pero la gente dice que la culpa es de Pepelu. No hay peor ciego que el que no quiere ver.


Pero, claro, si los del dinero ganan con el consumismo, ¿por qué iba a dejar de existir?

Pues, está claro. El consumismo es la solución Wilkinson (de doble hoja) al problema de los trabajadores con conciencia "de clase" que decía Zeppo Marx. Por un lado (corta) sirve para los trabajadores crean que viven bien solo porque tienen cierta abundancia de objetos de consumo. Por otro lado (apura) proporciona beneficios por la venta de los consumibles y por el interés del crédito preciso para comprarlos.


Sí, sí. Pero entonces, ¿por qué acabar con semejante chollo?


Ahí yo me decanto por la Historia. O por la Psiquiatría, vaya usted a saber. Y es que quien tiene poder, quiere más. Y cuando tiene mucho, lo quiere todo. Eso ha sido así desde la revolución neolítica y el comienzo de la civilización. Hay monstruos que quieren dominar a todos los seres humanos. Y dominarles absolutamente. Además, somos tantísimos millones de seres humanos, que no nos necesitan a todos.

Así que, lo siento mucho, pero todo esto tiene cuenta atrás. Nuestros hijos creen que los móviles existieron siempre. Pero sus hijos no sabrán lo que fue la seguridad social, la sanidad pública, la educación universal y gratuita, las utilísimas elecciones...

El que apaga los subestaciones dijo...

Por cierto, mientras soltaba este rollo, han anunciado (en La Sexta) algo de balompie, supongo que la retransmisión del Campeonato Mundial de la República Sudafricana.

El caso es que la música... OOOOOOoooooooooOOOOOOooooOOOOoooOOOooooOooOOOooOooooooooooo sííííííííí...

Hacía muchos años que no oía Hocus Pocus.