sábado, 24 de octubre de 2009

Qué fue de... Ivan Lendl

Ahora que parece que lo de Gürtel se calma un poco y me da una tregua en lo que al blog se refiere, voy a recuperar una de las series fijas que lo componen, como es la de "Qué fue de...". En este caso, y como pretendía desde el verano, voy a hablar de uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, que marcó un estilo propio y protagonizó un duelo con el estadounidense John McEnroe durante todos los años 80, el checoslovaco de nacimiento y posteriormente estadounidense de adopción, Ivan Lendl.

Ivan Lendl nació en Ostrava el 7 de Marzo de 1960 (por lo tanto es piscis, y es que la calidad se nota, jejeje) y su carrera deportiva transcurrió sobre todo en la década de los 80, cuando su estilo hierático, su juego muy técnico y su delgadez en comparación a otros jugadores más físicos como el propio McEnroe o Jimmy Connors, le confirieron un carácter propio y una imagen (al menos para mí) de outsider frente a los jugadores mucho más mediáticos llegados desde Estados Unidos, que basaban su juego en el saque-volea mucho más físico y rápido.

Su palmarés es impresionante, consiguiendo 94 títulos de ATP entre los que figuran 8 de Grand Slam: Open de Australia 89 y 90, Roland Garros 84, 86 y 87 y tres US Open, en 1985, 1986 y 1987. No ganó Wimbledon, aunque disputó las finales de 1986 y 1987, que perdió contra un emergente Boris Becker y el australiano Pat Cash respectivamente.

Mención especial en estos títulos, por lo menos para mí porque constituye mi primer recuerdo de un partido de tenis, merece el de Roland Garros '84, en el que jugó la final contra John McEnroe, y tras haber perdido los 2 primeros sets (3-6, 2-6), remontó el partido ganando los tres siguientes (6-4 y un doble 7-5) y con ello el torneo. Los mejores puntos de aquella final pueden verse en el siguiente vídeo:



Además de por sus títulos y su calidad, Lendl destacó por implantar un nuevo estilo de entrenamiento, sistemático y casi científico, en contraposición al talento natural que demostraban jugadores como McEnroe. Este estilo le hizo hacer cosas como ésta en un partido contra el estadounidense:



Aunque como dice el dicho, "donde las dan las toman", y algo parecido le hizo Michael Chang en Roland Garros en 1989.



Lo que está claro, es que marcó un estilo propio, que en tiempos del principio del fin de la guerra fría representaba la aparente frialdad y cientifismo mal aplicado al deporte, que derivaba en sistematización y prácticamente industrialización del mismo, produciendo máquinas en lugar de deportistas, del bloque del este, con el american way of life, en el que el individuo prima sobre el sistema.

En todo caso, está claro que el american way of life atraía sobremanera al jugador checo, puesto que en 1986 se trasladó a Estados Unidos, tras
haber sido amenazado públicamente por la asociación de tenis de su país de no dejarlo viajar a participar en torneos en el exterior, por haber participado en el torneo de Sun City, Sudáfrica. Intentó conseguir la nacionalidad estadounidense antes de 1988, para así poder participar como estadounidense en los JJOO de Seúl, en los que el tenis volvía al programa olímpico, pero el estado checoslovaco se demoró en la entrega de los papeles para impedirlo y, de hecho, no consiguió la nacionalidad estadounidense hasta 1992.

Tras retirarse en 1994, se dedicó a jugar al golf, ganando 4 torneos del Celebrity Players Tour. También se ha dedicado a impartir clinics y realizar eventos publicitarios para empresas como
Lexus, adidas, Taylor Made, Continental, American Express, Hertz, Ginn Resorts, Ben Hogan Co. y JP Morgan.

A su vez, ha participado en numerosos actos benéficos, pudiéndose destacar especialmente la organización del Ivan Lendl Celebrity Golf Tournament desde 2004, que le proporciona los ingresos necesarios para la celebración cada verano del Campamento de Tenis de Hartford (Connecticut, EEUU) para jugadores de tenis parapléjicos.

También ha prestado su imagen para otras cosas, como la de la imagen que se puede ver a la derecha (recomiendo ver la imagen ampliada) y que vi en El Corte Inglés de Siete Palmas, en Las Palmas de Gran Canaria. No me pude resistir a sacar una foto con el móvil. Mitómano que es uno.

Y precisamente por mi carácter mitómano, no se lo voy a tener en cuenta. Prefiero quedarme con aquella final de 1984 sobre la tierra batida de Roland Garros, o con su elegancia a la hora de jugar a tenis, que hacía verlo como algo fácil, y ser de los mejores de la historia no debe serlo.

Dicho esto, intentaré (si Camps me deja) seguir con las series que había dejado de lado con todo el tema político, así que la próxima entrada quiero que sea un "Cañas y Tapas", aunque me debato entre hacerlo sobre los bocatas de calamares o sobre la conveniencia de poder elegir o no la tapa. ¿Qué os parece?

1 comentario:

El que apaga las subestaciones dijo...

¡Ostres, tú! El bocata calamares. Sin dudarlo. Una tradición en el villorrio este que nos acoge.

¿Alguien puede imaginar entrar en una taberna del Madrid de los Austrias y que no hubiera, que no existiera el bocata calamares? No sería Madrid.

Yo sospecho que el bocata de calamares nació como alternativa a los autos de fe que se "celebraban" en la Plaza Mayor, con la natural asistencia de Sus Majestades los reyes. Cuando al tarado de Carlos II, el Hechizado, le sucedió el inútil de Felipe V, sus ministros europeos, menos fanáticos, dejaron de promover la quema de "herejes" en tan céntrico lugar. Así que los madrileños debieron echar en falta el olor a fritanga. Que los judaizantes, herejes, brujos y demás reos debían ser bastante grasos, porque nunca eran pobres, que a esos no les puedes "expropiar" nada y a nadie se beneficiaba por quemarlos. De ahí a popularizar el bocata calamares solo había un paso muy corto.

Muy interesante lo de Lendl, huido de la Guatemala postestalinista y hundido en la miseria del Bibropogüer guatepeorteco. No somos nadie. Aunque alguno haya visto en persona a John McEnroe. En Wimbledon. Comiendo. (Después de comer allí comprendí porqué McEnroe tenía tan mal genio). XD

Y, hablando de mal genio, me acaba de llegar una nota diciendo que no me han podido dejar en el buzón el impreso de liquidación de la TRU. Me estoy pensando mudarme fuera de Madrid. No me da la gana seguir pagándole a Gallardón sus fracasos políticos.