lunes, 29 de septiembre de 2008

Cuando EEUU estornuda...

Europa se constipa. Bégica, Holanda y Luxemburgo "rescatarán" el principal banco de aquellos lares, Reino Unido hará otro tanto con otro banco y Alemania otro tanto con una de sus principales entidades hipotecarias.

A mí esto me recuerda al chiste de Gila, cuando se pierde su tía la solterona (aquella que cuando nació los médicos dijeron a sus padres "señores, han tenido ustedes una soltera" y que se hizo una operación de estética porque quería quitarse 10 años pero no le llegaba y le dejaron la cara del martes pasado), y llevan la foto a la policía y el policía les dice: "¿De verdad la quieren encontrar?".

Pues eso se podría aplicar a nosotros. ¿De verdad los queremos rescatar?
Está claro que si el sistema bancario se cae nos caemos todos, porque principalmente, se dedican a jugar con nuestro dinero, y como sólo asumen beneficios y no responsabilidades, tendrían el descaro de decir que el dinero es nuestro y los que hemos perdido somos nosotros. Por supuesto, sin el menor atisbo de sonrojo por su parte, que eso es para gente honrada.

No sé si en España nos acabará cayendo la china con alguno de estos "bancos" que han hecho de la especulación bandera y no han calculado el riesgo en aras de un beneficio indecente, pero si EEUU estornuda, Europa se constipa y a nosotros nos suelen dar los óleos. Esperemos que esta vez no se cumpla, para variar.


Los chistes de Forges y Romeu que aparecen en esta entrada corresponden a la edición de 29 de Septiembre de 2008 de EL PAÍS

1 comentario:

Anónimo dijo...

Afortunadamente en España, después del "affaire" Banesto, los controles bancarios son mucho mayores que en los "libegggales" EEUU. Así, la hostia, será menor.

Me han hecho gracia estos últimos días las hordas peperiles (hay que ver cuantos premios Nobel de economía que hay en los sótanos de Génova 13 Rúe del Percebe, madre mía) lanzando toneladas de mierda contra los comentarios de ZP de que teníamos uno de los sistemas financieros más seguros del mundo. Porque estos últimos días he oído también multitud de comentarios de economistas serios (estos sí) dándole la razón. Pero no rectificarán sus palabras porque rectificar, ya se sabe, es de cobardes ...