domingo, 12 de octubre de 2008

El Rey "Magic" de Oriente

Hace unos meses, antes del GP de Francia, en Magny Cours marcaba esa carrera y el GP de Gran Bretaña para decidir si el coche respondía a las mejoras o se podía dar la temporada 2008 por perdida. En Francia fue octavo y en Silverstone sexto, lo que, y a tenor de lo dicho, hacía que se diera la temporada por perdida. Sobre todo después del undécimo puesto de Alemania.
Pero llegaron las carreras en Oriente y Alonso, tras dos cuartos en Spa y Monza, lleva 2 victorias sobre 2. Y eso que en Singapur rompió la bomba de gasolina en la Q2, lo que le hizo salir decimoquinto, pero lo de Japón ha sido distinto. El sábado fue cuarto en la clasificación, lo que le hacía optar al podium a poco que adelantara a alguien en la salida. Y no adelantó a uno, sino a dos.

Hamilton, siempre Hamilton cuando siente la presión, sacó a los dos Ferrari de la pista en la primera curva (lo que le valió un "drive-trough") y abrió la puerta a Kubica y Alonso para que pasaran a ocupar las dos primeras posiciones de la carrera. Poco después, Massa se llevaba por delante a Hamilton, al que hacía trompear y que tuviera que esperar a que pasara todo el pelotón para poder reincorporarse. Esta maniobra también le valió un "drive-trough" a Massa, pero en comparación con lo que le supuso a Hamilton, hay que decir que salió ganando.

Así las cosas, Kubica mandaba en carrera, pero no podía distanciarse de Alonso, que estaba a menos de dos segundos del polaco. Justo detrás del asturiano, Kovalainen se presentaba como una alternativa clara a la victoria en Fuji, ya que Hamilton estaba penúltimo en ese momento y los Ferrari venían por detrás, a cierta distancia. Hasta que llegó la vuelta 15.

La vuelta 15
Quedaban 52 vueltas para el final cuando la carrera cambió por completo. Justo cuando se anunciaban los "drive-trough" para Hamilton y Massa, Kovalainen rompía el motor Mercedes tras dos años sin que McLaren tuviera un problema de ese tipo y Kubica entraba en boxes. Dos vueltas más tarde, en la 17 entró Alonso. La parada fue corta, de 7.7 segundos, lo que a la postre le valdría para salir por delante de Kubica, pasando a liderar la carrera. En este punto merece una mención especial la realización de la carrera, que no nos permitió ver cómo Alonso salía por delante de Kubica porque estábamos viendo el repostaje de un Massa que iba sexto y que la vuelta siguiente tenía que hacer un "drive-trough". Depués de lo de Singapur, los repostajes de Massa pueden tener su morbo, pero tampoco se va a llevar puesta la manguera cada vez que entre en boxes, y la carrera estaba en otro sitio.

La segunda parte de la carrera
Después de la primera entrada en boxes de todos los coches, Alonso era primero, Kubica segundo y Raikkonnen había pasado a ser tercero, mientras que Massa y Hamilton se perdían entre el pelotón de cola, peleando con los Force India, Honda, Williams... Lo que se esperaba de los dos, vamos. La ventaja de Alonso iba creciendo a marchas forzadas, hasta ponerse con 14 segundos de ventaja sobre Kubica, lo que le valdría para mantener el primer puesto pese a que el polaco repostaría varias vueltas después del español. Tras este segundo repostaje, Raikkonnen se pegó a Kubica y estuvo a punto de adelantarlo, pero problemas con la dirección (como luego diría el equipo Ferrari) impidieron que la batalla por el segundo puesto se pudiera llevar más allá de dos o 3 vueltas.

Por su parte, Massa seguía demostrando su clase y tenía problemas con Bourdais, al tocarse y hacer un trompo, para luego pasar a Webber por el único sitio por el que no debía, teniendo un coche entre 3 y 4 segundos más rápido que el del australiano. Finalmente le salió bien, pero pasar a medio metro del muro cuando tienes toda la parte izquierda (por demás la parte limpia) vacía, no parece una buena elección. El botín al final, un punto.

Alonso al final regulaba y entraba con suficiente ventaja en línea de meta, volvimos a oir el "Fantastico Fernando" con el que Briatore nos obsequia cada vez que Alonso gana una carrera, Kubica entraba segundo, Raikonnen tercero y Nelson Piquet, que llegó a pegarse al finlandés una parte de la carrera, era cuarto, dejando un gran sabor de boca en Renault.

Y la semana que viene, China. Veremos si este año Hamilton cuida los neumáticos o se vuelve a enganchar como el año pasado. Veremos los trompos que hace Massa y a ver si Alonso se corona como el Rey de Oriente y gana su tercera carrera consecutiva. A Hamilton se le ha visto con ganas de liarla, desde luego, porque por desdoblarse ha hecho un par de bloqueos de rueda que no venían a cuento. Alonso le ha dejado pasar y santas pascuas, pero no descartemos nada en próximas carreras. De momento, Hamilton sigue sin soportar la presión, y cuando peor le van las cosas a él coincide con que le van mejor a Alonso. Tiene que estar que se lo llevan los demonios...

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