Primera derrota del año, y tuvo que ser contra el Racing de Santander en Mestalla, un equipo que últimamente se está acostumbrando a tocarnos la cara en casa. Se podría decir que no pasa nada, que sólo es un partido, que la liga es muy larga, que no hay rival pequeño y que la lluvia no nos dejó jugar, pero no sería más que una sucesión de tópicos, y de árboles que no nos dejarían ver el bosque.
Y es que para el Racing también llovía, y de los errores en las entregas y los marcajes no tiene la culpa la lluvia. Porque eso es lo que pasó ayer, que el sistema defensivo no funcionó y nos cayeron 4 goles como 3 soles y un nublao, que es el cuarto que marcó el 6 en propia puerta.
Así que no somos tan buenos como muchos creían, aunque no somos tampoco tan malos como indica el resultado. Por lo menos le echaron ganas, las mismas que se echaron en falta el año pasado.
Este es el resumen del partido:
Y poco más que decir. Hay que seguir trabajando, pero esto puede servir de aviso a navegantes. Los errores son los mismos que se cometían el año pasado, en los que prácticamente el entrenador era el anticristo y el portero su discípulo más aventajado, sin embargo este año el entrenador es Dios y el portero su enviado en la tierra. Y es que es mejor caer en gracia que ser gracioso.
Sólo me queda una duda del partido de ayer. ¿De cuantos goles se le hubiera echado la culpa a Hildebrand en caso de haber jugado?
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