Aún me acuerdo cuando todos los liberales, adalides del capitalismo en estado puro, brindaban por la caída del comunismo, representada por el muro de Berlín. Se ponía fin a una época y el capitalismo se sentía ganador de la guerra fría. Puede ser que fuera verdad, pero me parece que llegaron a creérselo tanto que se sintieron indestructibles. Y eso es peligroso.
Ahora, aquellos mismos que estaban tan encantados de conocerse y se creían los amos del mundo piden la ayuda de aquellos a los que han expoliado para que les ayuden a mantener el sistema que han usado para expoliarles, y lo peor de todo es que les vamos a ayudar.
Nunca se debió dejar llegar a tanto a todos estos especuladores cuyo último límite era el de su propia codicia. Como tampoco se puede dejar el control del mercado a las bolsas.
El chiste de Forges publicado hoy en El País y que reproduzco al principio de la entrada es genial, y como casi siempre, pone el dedo en la llaga, pero el trasfondo es muy triste. Hace pensar en tantos años de desprestigio de las ideas de izquierdas, cercanas al socialismo (y no hablo de socialdemocracia, sino de socialismo) o el comunismo por parte de los que ahora reclaman aquello que denostaban hace tan sólo unos meses: la nacionalización de las empresas que se empeñaban en privatizar por todos los medios en nombre de una pretendida eficacia. La verdad es que en lo que concierne a llenarse los bolsillos, han sido de lo más eficaces. Eso hay que reconocerlo.
Y ahora están todos los "altos dignatarios" (en algunos lo de digno chirría de pura contradicción) preocupados y preparando sus mejores galas para "redefinir las bases del sistema financiero". Si la base del sistema financiero no son las personas en lugar de las cuentas de resultados, habrán fallado otra vez. A ver si de una vez hacen las cosas medio bien, tampoco podemos pedirles más.
1 comentario:
Amen, hermanos. Sin acento, por supuesto.
Y es que esta entrada de tu diario puede sonar como un sermón. Pero mientras la economía se mida en monedas y todos la basen en el beneficio de unos pocos que abusan de los demás (con la fuerza), me temo que esto va a seguir igual durante otros diez y pico mil años más.
¿Suena desesperanzado? ¿Resignado? ¿Realista? ¿Consciente? Si es que ya no se molestan ni en usar lubricante, oye.
¡Democracia ya!
...
:?
¡Ah, sí!
¡Coño!
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