¿Merece la pena por un gasoducto?

Antes de respponder a la pregunta, quiero expresar mis condolencias a los familiares del Brigada Juan Andrés Suárez García y el Cabo Rubén Alonso Ríos, fallecidos en Afganistán en acto de servicio.

Y yendo a la pregunta del título, me parece que la respuesta está clara. NO. Y no es que no crea que los talibanes (como todos los fanáticos religiosos, sea cual sea su religión) sean de lo peorcito que hay, sino porque eso se piensa antes de ayudarles a ellos y a los muyahidines (encabezados por el entonces amigo de Estados Unidos Osama Bin Laden) para derrotar a las tropas soviéticas, a las que tampoco quiero dar la razón, porque al fin y al cabo estaban invadiendo un país soberano como es (o era) Afganistán.

Y que me digan lo que quieran del 11-S, pero tampoco creo que hayan puesto toda la carne en el asador para coger a Bin Laden, al que ayudaron contra Moscú como líder de los muyahidines (posiblemente colocado por la CIA) y al final lo estamos pagando todos. Se puede pretender revestir de misión de paz, de golpe contra el terrorismo internacional, de mandato de las Naciones Unidas y de lo que quieran, pero lo que hicieron los Estados Unidos nada más entrar en Afganistan fue construir un gasoducto para canalizar el gas del Mar Caspio y darle una salida al mar sin tener que pasar por Rusia. Curiosamente, sólo faltaba el acuerdo con Afganistan, que se alcanzó en cuanto Estados Unidos puso como presidente a uno de los directivos de la compañía petrolera estadounidense UNECOL, relacionada con la familia Bush.

Mientras tanto, cientos de soldados están muriendo en ataques, atentados o como les queramos llamar. Todo para defender los intereses económicos de la familia Bush.

Repito la pregunta: ¿merece la pena?