jueves, 20 de noviembre de 2008

Sin tetas no hay paraíso

Al final Pachá Valencia se queda sin sorteo de operación de estética. Y es que es tanto el revuelo que se ha organizado que han tenido que dar marcha atrás y anular el sorteo de un tratamiento de cirugía estética por valor de 4.500 €.

Es cierto que el slogan del cartel no es de los más acertados que se han usado en la historia, porque lo de "Homenaje a la mujer. Compra tu entrada y entra en el sorteo de un aumento de pecho" no hay por donde cogerlo, porque decir que se sortea un aumento de pecho no parece lo mejor para homenajear a la mujer, pero me parece que se han sacado las cosas de quicio.

Pachá Valencia es una discoteca, por lo tanto los que compran su entrada y entran a ella son, por ley, mayores de edad, y pueden hacer lo que quieran, desde rechazar el premio a hacerse otro tratamiento de belleza, o incluso no comprar la entrada. Lo que está claro es que quien compra la entrada ya sabe que hay un sorteo y posiblemente la compre por eso, así que en ningún momento le han engañado ni han abusado de su buena fe. El que va, sabe a lo que va, y el que no quiere ir, no va.

Eso sí, las instituciones han saltado como resortes con el tema de la discoteca, a la que han amenazado incluso con llevarla a los juzgados. Me gustaría haber visto la misma diligencia en otros muchos temas, o simplemente si lo que se apareciera en el cartel fuera el sorteo de una "fotodepilación integral" para el público masculino.

Así, lo que han conseguido es publicidad gratuita para la discoteca. Por cierto, el premio era un "bono-estética" de 4.500 € para el ganador, fuera hombre o mujer y para hacerse el tratamiento que estimaran oportuno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pienso que en esta sociedad en la que a la mujer casi se nos impone el hecho de estar guapas, esbeltas y perfectas, parece que es casi un delito ser fea o tener el pecho caido....me parece lamentable que esta discoteca promocione aptitudes de este tipo...hay gente que necesita cirujía pero en el cerebro..


marta

Anónimo dijo...

Bueno, mi querida y anónima Marta, siempre nos quedará la opción de pasar de "esta sociedad" y ser nosotros mismos.

Solo faltaría que por cada vez que alguien me ha dicho algo sobre mis kilos me hubiese comprado piojomanán, me hubiese apuntado al gimnasio o hubiera salido corriendo como el que huye de un violador carcelario (y feo).

Y que conste que, nada de ropitas ni espejitos, me lo han dicho doctoras en Medicina.