Sé que a mi edad debería estar más en otras cosas, como el trabajo, la vivienda, la crisis económica, o por lo menos eso es lo que se espera de mí pero... ¿quién se resiste a dejarse llevar y comportarse de vez en cuando como un niño?
Y digo esto, por una cosa que me pasó el domingo, pero antes tengo que reconocer una cosa, y es que, a mis 35 años, me encanta Pocoyo. Ya sé que es para niños de 2 o 3 años, y que a mi sobrino con 5 años no le gusta porque le parece para niños pequeños, pero bueno, qué le vamos a hacer.
A lo que iba. El domingo estaba en la Gran Vía y de pronto escuché la música de Pocoyo. Al fijarme vi que en el cine Capitol, el que está al lado de Callao, proyectaban una película de Pocoyo, un montón de niños y sus padres, con cara de no apetecerles mucho. Estuve a punto de preguntar a las azafatas de la puerta que dónde se conseguían las invitaciones, pero no lo hice por si me preguntaban con cuantos niños iba. La verdad es que el "mayor" me dominó, pero seguro que me lo hubiera pasado de miedo, aunque no sé si con Pocoyo o viendo a los niños con la boca abierta, como cuando voy al Retiro y veo a los niños sentados delante del guiñol.
Os dejo con uno de los que más me gustan: "Pocoyo baila"
Dado lo que hay ahora para niños, es un soplo de aire fresco. Además de lo bien hecho que está, es educativo, cosa que no pueden decir muchos programas para niños. ¿Y quién se resiste a ser un niño de vez en cuando?
Yo desde luego que no me resisto.
2 comentarios:
jajajaja ... yo me apunte a crecer y aqui me tienes viendo Pocoyo a raudales. Cuestion de Paternidad!!!
jajajajajajaja
No es cuestión de crecer o no, o de hacer juegos de palabras con "el niño que todos llevamos dentro" (a mí me preguntaron una vez si me lo había comido, ja, ja). Te gusta Pocoyó, y punto. A mí también. Por cierto, mira qué entrevista tan interesante con David Cantolla tiene el blog de Maikelnai: primera parte y segunda parte.
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